10 septiembre, 2024

Piernas

Una de mis películas favoritas es “De rouille et d’os” de Jacques Audiard, porque explora diferentes maneras en las que nos relacionamos con nuestro cuerpo. Ali es boxeador y su aproximación al sexo es directa y sin filtros. Stéphanie trabaja con su cuerpo por ser entrenadora de ballenas y en un accidente pierde ambas piernas. Yo no soportaba esa ausencia, cuando Marion Cotillard, tirada en el suelo llorando imploraba “Qu’est-ce que vous avez fait de mes jambes? yo lloraba también como si alguien se hubiera muerto. Para ella todo había cambiado, ya no era ella, ya no podía trabajar, ya no podía bailar y ya no se sentía atractiva. La película es una lucha constante por la apropiación y el rechazo del cuerpo, todo al mismo tiempo. Una propuesta que siempre me había parecido completa y vertiginosa. Hasta que Bellatin, el escritor manco con conocimiento de causa escribe: “Parecía incapaz de soportar el sufrimiento que se producía en un espacio que era ahora ajeno a su cuerpo, en el lugar vacío que había dejado la pierna mutilada. Hay un dolor más primitivo entonces, un dolor que hay que engañar ya sea con prótesis o con espejos. Tener ahora un espacio ajeno, ¿será otra especie de huésped?

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